20:30 hrs. Teatro Degollado
| Locations | Price |
| General | $ 0 |
Programa 3
Orquesta Filarmónica de Jalisco
José Luis Castillo director artístico
Josué Cerón barítono
Marisol Jiménez | Atayala
Carlos Vidaurri | Seis canciones místicas
Blas Galindo | Sinfonía núm. 3
Jueves 30, 20:30 h
Octubre, Teatro Degollado
Boletos desde 100 pesos en taquillas del teatro y boletomovil.com
NOTAS AL PROGRAMA
Marisol Jiménez
Atayala | Estreno absoluto y obra comisionada por la OFJ
Originaria de Guadalajara, Jalisco, Marisol Jiménez es compositora, intérprete y artista multidisciplinaria. Su trabajo explora la dimensión táctil del sonido, donde lo analógico y lo tecnológico convergen para generar materiales maleables y en constante transformación. Estudió en Mills College y en la Universidad de Stanford, y actualmente reside en Berlín. Su producción abarca obras de cámara, música electrónica e instalaciones con esculturas sonoras que confluyen —en su estética y exploraciones técnicas—, en su primera obra orquestal: Atalaya.
Comisionada por la Orquesta Filarmónica de Jalisco en 2025, Atalaya retoma la idea de su título —un lugar elevado desde donde se observa o se vigila— para resignificarla como una búsqueda interior, “un espacio de elevación: de luz y reconciliación”. Según explica Jiménez, la obra alude a “una especie de celebración a la vida”, donde el equilibrio surge del reconocimiento tanto de lo positivo como de lo adverso.
La compositora traslada esta reflexión a la orquesta mediante un tratamiento tímbrico que transforma los instrumentos en nuevas fuentes de color y resonancia. Su experiencia con la música electroacústica se manifiesta en la atención al espectro de frecuencias y a los registros extremos, donde lo acústico se percibe como una prolongación de lo electrónico. Atalaya no se desarrolla como una forma cerrada, sino como un cuerpo sonoro flexible —“un sonido que se estira”— que se expande, se quiebra y se renueva. De esta manera Jiménez nos invita a contemplar su universo sonoro: la maleabilidad del sonido y su dimensión interior.
Carlos Vidaurri
Seis canciones místicas
María Concepción Mojica López nació en Arandas, Jalisco, el 18 de mayo de 1908 y falleció cincuenta años después en la Ciudad de México. Conocida como Concha Mojica, fue poeta de versos breves y libres en los que abordó temas de amor y religiosidad. Parte de su obra se publicó en la Revista de Cultura Sacro Musical Schola Cantorum, fundada por su contemporáneo Miguel Bernal Jiménez. Estos textos inspiraron las Seis canciones místicas del compositor jalisciense Carlos Vidaurri, quien comparte con Mojica no solo un vínculo geográfico, sino también un interés por la espiritualidad y una vocación por difundir su trabajo.
Vidaurri transformó los poemas en una primera versión para voz y piano, Seis aljófares de 2009, y más tarde en una versión para voz y orquesta a petición de Juan Trigos, estrenada y grabada en 2013 con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato y la mezzosoprano Rebeca Samaniego. Según el compositor, su intención fue “traducir la métrica y la atmósfera de los poemas en episodios místicos”, recreando las visiones de la poeta en imágenes sonoras de fe y contemplación.
En Gozos (“Ensueño crepitante, criba de fe, sirviéndote dos reyes en Nazaret”), la música evoca un arrullo, donde la celesta y la orquesta sugieren el resplandor del nacimiento del Niño Jesús. San José (“Cayado de pastores reflorecido; azucena frisona de veinte siglos”) recrea un ambiente popular con alusiones a las fiestas patronales del santo. Dolores (“Por la noche, certera vino la duda... Siete mastines negros su nunciatura”) sugiere una procesión de Semana Santa marcada por campanas y metales. Azul (“Se lavaron los ojos las alelías en el agua profunda de tus pupilas”) despliega un lirismo acuático, mientras Humanidad (“Pimpinela rojiza, tilo, cedrón, dame tus Beatitudes en infusión”) adquiere el tono de una ronda infantil, símbolo de inocencia. Finalmente, Perfume (“Si todos los jazmines te hubieran hecho, faltarles a todos uno: tu aliento”) explora una imaginería oriental en la que los colores orquestales evocan los vapores y esencias.
Blas Galindo
Sinfonía núm. 3
Blas Galindo comenzó sus estudios musicales en su natal San Gabriel, Jalisco, y más tarde en el Conservatorio Nacional de Música, donde fue alumno de Carlos Chávez, José Rolón y Candelario Huízar. Contemporáneo y amigo de José Pablo Moncayo, obtuvo la beca Rockefeller que le permitió estudiar en Estados Unidos con Aaron Copland. Como músico y gestor cultural, fue socio fundador de Ediciones Mexicanas de Música en 1947 y creó la Orquesta del Instituto Mexicano del Seguro Social en 1961, año en que también estrenó su Tercera sinfonía.
Fechada en la Ciudad de México en febrero de 1961, la obra fue estrenada en abril del mismo año por la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Luis Herrera de la Fuente, durante la participación de la orquesta en el II Festival Interamericano de Música celebrado en Washington, Estados Unidos, junto con obras de Juan Orrego Salas, Harry Somers y Rodolfo Halffter.
Esta sinfonía, la última del compositor, refleja un lenguaje que se aleja del nacionalismo característico de su generación para explorar una modernidad estructurada en ritmos y texturas que evocan un sentido casi mecánico del movimiento orquestal.
La obra se articula en cuatro movimientos contrastantes. El Largo inicial sugiere una procesión que oscila entre la solemnidad y el impulso mecánico de una marcha que se acelera y se disuelve. El Andantino desarrolla un tema presentado por el fagot que se expande en los alientos y genera un entramado contrapuntístico. En el Lento, el trombón introduce un motivo que alterna entre la calma y el desasosiego. Finalmente, el Allegro irrumpe con fuerza: los cornos exponen un tema que domina el movimiento y culmina en una resolución de gran intensidad.
Notas: Montserrat Pérez-Lima